El papel de la creación
audiovisual en el fortalecimiento de la memoria intergeneracional:
caso del corregimiento de San Diego, municipio de Samaná - Caldas1
The
Role of Audiovisual Creation in the Strengthening of
Intergenerational Memory: The Case of the Village of San Diego,
Municipality of Samaná, Caldas
O
papel da criação audiovisual no fortalecimento da memória
intergeracional: o caso da aldeia de San Diego, município de Samaná
- Caldas
María Clemencia Vallejo Jiménez2
https://orcid.org/0000-0002-9305-8070
CvLAC https://scienti.minciencias.gov.co/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000472832
Zuly Katherine Moreno Lozano3
https://orcid.org/0000-0003-4888-3706
CvLAC
https://scienti.minciencias.gov.co/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0001699979
› Para citar este artículo: Vallejo, M. C. y Moreno, Z. K. (2023). El papel de la creación audiovisual en el fortalecimiento de la memoria intergeneracional: caso del corregimiento de San Diego, municipio de Samaná - Caldas. Ánfora, 30(55), 227-250. https://doi.org/10.30854/anf.v30.n55.2023.971
En este artículo se presentan los resultados de una investigación basada en la experiencia de formación en creación audiovisual, protagonizada por quince jóvenes del corregimiento de San Diego en Samaná, Caldas. Objetivo: el objetivo es mostrar cómo la apertura de escenarios de aprendizaje en torno al lenguaje audiovisual potencia diálogos entre distintas generaciones, y promueve reflexiones en torno al sentido del pasado de la comunidad. Metodología: el proceso se enmarca en los postulados de la Investigación Acción Participativa (IAP). Su desarrollo se da a través de los talleres Crear comunicación que tienen dos objetivos: 1) capacitar a los jóvenes en conocimientos teóricos, técnicos y prácticos para la realización de producción audiovisual a través del uso de dispositivos móviles con tecnología “Smartphone”. 2) Vincular los conocimientos técnicos adquiridos por los jóvenes, sus intereses con respecto a la memoria histórica y memoria colectiva del corregimiento para la creación de productos audiovisuales. Resultados: la creación de contenidos narrativos audiovisuales posibilitó reflexiones y diálogos entre los jóvenes y los miembros de la comunidad, asimismo, generó escenarios de aprendizaje y apropiación de los distintos acontecimientos que han dejado huella en la comunidad de San Diego. Conclusiones: el proceso de formación dispone a los jóvenes participantes a escuchar a los adultos, y gesta las condiciones para la construcción de memoria a partir de la promoción del diálogo intergeneracional y el fortalecimiento de los vínculos comunitarios.
Palabras clave: memoria; memoria colectiva; jóvenes; creación.
This article presents the results of research based on the experience of training in audiovisual creation led by 15 young people from the village of San Diego in Samaná, Caldas. Objective: to show how opening up learning scenarios around the audiovisual language enhances dialogue between different generations and promotes reflections on the meaning of the community's past. Methodology: the process is framed within the postulates of Participatory Action Research (PAR). Its development takes place through Create Communication workshops, which have two objectives: 1) to train young people in theoretical, technical, and practical knowledge for audiovisual production through the use of mobile devices with "Smartphone" technology; 2) to link the technical knowledge acquired by young people, their interests with respect to the historical memory, and the collective memory of the township for the creation of audiovisual products. Results: the creation of audiovisual narrative content made it possible to facilitate reflections and dialogue between young people and members of the community, as well as generate learning scenarios and foster appropriation of different events that have left their mark on the community of San Diego.
Key words: memory; collective memory; youth; creation.
Este artigo apresenta os resultados de uma pesquisa baseada na experiência de formação em criação audiovisual, conduzida por quinze jovens da aldeia de San Diego, em Samaná, Caldas. Objetivo: o objetivo é mostrar como a abertura de cenários de aprendizagem em torno da linguagem audiovisual melhora os diálogos entre diferentes gerações e promove reflexões sobre o significado do passado da comunidade. Metodologia: o processo é enquadrado dentro dos postulados da Pesquisa de Ação Participativa (PAP). Seu desenvolvimento se dá através das oficinas de criação de comunicação, que têm dois objetivos: 1) formar jovens em conhecimentos teóricos, técnicos e práticos para a produção audiovisual através do uso de dispositivos móveis com tecnologia "Smartphone". 2) Vincular os conhecimentos técnicos adquiridos pelos jovens, seus interesses com respeito à memória histórica e à memória coletiva da aldeia para a criação de produtos audiovisuais. Resultados: a criação de conteúdos narrativos audiovisuais permitiu a reflexão e o diálogo entre os jovens e membros da comunidade, além de gerar cenários de aprendizagem e apropriação dos diferentes eventos que deixaram sua marca na comunidade de San Diego. Conclusões: o processo de formação prepara os jovens participantes para ouvir os adultos e cria as condições para a construção da memória através da promoção do diálogo intergeracional e do fortalecimento dos laços comunitários.
Palavras chaves: memória; memória coletiva; jovens; criação.
El contenido de este artículo se enfoca en una experiencia de creación audiovisual con jóvenes, que resulta una estrategia para la construcción de memoria intergeneracional. Se llevó a cabo en el marco del proyecto de investigación «Hilando capacidades políticas para las transiciones en los territorios», en adelante «Hilando sociedad», que hace parte del programa de investigación «Reconstrucción del tejido social en zonas de posconflicto en Colombia».
El corregimiento de San Diego está ubicado en el municipio de Samaná, Caldas, fue un territorio fuertemente afectado por el conflicto armado; especialmente entre los años 1997 y 2005. Dejó víctimas individuales y colectivas, y alteraciones en la cotidianidad de sus habitantes; tales como miedo, silencio, aislamiento y fractura de tejidos sociales. Hoy, esta población lucha por lograr el reconocimiento de sus derechos, alcanzar una vida digna y una convivencia pacífica.
Con el propósito de gestar capacidades políticas para las transiciones en los territorios, por medio de este proyecto se busca contribuir con la creación de escenarios comunitarios; donde converjan organizaciones sociales, comunidad, instituciones educativas, academia y Estado, con quiénes se promueva una dinámica de aprendizaje colectivo en torno a: conflictividades, mediaciones, experiencias de paz y agenciamiento social (Cifuentes et al., 2021).
«Hilando sociedad» considera a la población juvenil como un actor clave para la construcción de escenarios de paz, siendo ineludible su participación en la construcción de estrategias para la comprensión del pasado de sus comunidades, entre ellas, el conflicto armado. Sus aportes en los procesos de construcción de memoria enriquecen las miradas sobre lo sucedido y fortalecen el diálogo entre generaciones, promoviendo con ello la solidaridad, la escucha y la promoción de escenarios de convivencia.
En este artículo se presentan los resultados de una experiencia de trabajo con quince jóvenes del corregimiento de San Diego, municipio de Samaná – Caldas, durante el año 2021. Se muestra cómo a partir de un proceso formativo de creación audiovisual fue posible, por un lado, el fortalecimiento del diálogo intergeneracional a través de la reflexión crítica de la memoria personal y colectiva; por otro lado, el reconocimiento de cómo la identidad juvenil está vinculada al territorio, a los hitos constituyentes que definen a la comunidad de San Diego, y a aquellos acontecimientos, como el conflicto armado, que generaron un impacto colectivo. Estos dos asuntos se visibilizan a través de narrativas, relatos, historias de vida e iniciativas comunitarias y organizacionales que demuestran que el pasado, lejos de quedar atrás, se resignifica; adquiere nuevas y vitales formas de existir y moldear la realidad presente.
Toda memoria es una construcción social espaciotemporal, cuya existencia y transformación es posible en el marco de la vida cotidiana, a través de los procesos de interacción y relacionalidad social; experiencias compartidas más o menos perdurables, grupos de interés que se fortalecen o desvanecen según los niveles e intensidad de las relaciones (Kuri, 2017, p. 2). Se distinguen tres tipos de memoria: la memoria histórica, la memoria colectiva y la memoria autobiográfica.
Siguiendo a Halbwachs (2004), entendemos la ‘memoria histórica’ como aquella reunión de acontecimientos que sucedieron antes del nacimiento de una generación; son un referente para la comunidad y un marco general en dónde situar la época a la que se pertenece, y apoyar la historia compartida. Nora (1984) plantea que es algo que ha dejado de existir, pero que deja rastros que son organizados por un historiador, obedeciendo a un orden cronológico.
Por el contrario, la ‘memoria colectiva’, según Halbwachs (2004), es aquella que captura acontecimientos en donde está implicada la experiencia directa de las personas, y cuyos recuerdos están asociados a hechos que los vinculan a una comunidad; a prácticas prevalecientes en un periodo de tiempo, o emociones y percepciones sobre eventos compartidos. Basándonos en la definición de Nora (1984), se puede afirmar que la memoria colectiva es afectiva, emotiva y abierta a todas las transformaciones, las cuales se escapan a cualquier control; al cual sí está sometida la memoria histórica.
Por lo tanto, es colectiva porque debe contar con un grupo social que dé cuenta de ella, a partir de sus vivencias personales, nociones comunes y narrativas que legitimen la existencia de esta; es múltiple porque las personas pueden ser partícipes de varias memorias colectivas, así como es variado el número de grupos en los que participa como actor.
Por último, la memoria autobiográfica se construye gracias a la interacción permanente de una persona con distintos grupos que influyen sobre sí: la familia, el grupo escolar, el grupo religioso, entre otros. Sin embargo, esta no depende directamente de los grupos para existir, en la medida en que una persona puede evocar sin recurrir a los demás, pero en su evocación estará tomando como referencia a alguien más. Por ende, entre memoria autobiográfica y memoria colectiva las fronteras son difusas.
Es nuestro interés reflexionar sobre cómo la memoria histórica y la memoria colectiva, es decir, los sentidos del pasado, se comparten; y cómo se construye la memoria a partir del relacionamiento e interacciones entre distintas generaciones. Según Jelin (2002), para que esto suceda deben existir al menos dos requisitos: el primero, que existan las bases para un proceso de identificación y una ampliación intergeneracional del «nosotros». El segundo, dejar abierta la posibilidad de que quienes «reciben» le den su propio sentido, reinterpreten, resignifiquen —y no que repitan o memoricen—(p. 126). Para el desarrollo de esta experiencia, estos dos requisitos tienen lugar favoreciendo el proceso de renovación de relatos y narraciones sobre la memoria histórica y colectiva del corregimiento.
Por un lado, atendiendo al primer requisito, al ser San Diego un pequeño centro poblado, los rostros de quienes allí habitan son conocidos; ya sea por sus trayectorias comunes, por sus vínculos comunitarios o procedencias familiares. Adicional a lo anterior, los íconos patrimoniales, religiosos y culturales son referentes a los que se acude continuamente en lo público; a través de eventos escolares, de tipo memorialista, mercados campesinos y, de manera privada, en los hogares a través de charlas familiares que evocan recuerdos, tradiciones y prácticas.
Lo anterior indica que los jóvenes, en su proceso de socialización, permanentemente acuden a un diálogo intergeneracional que fortalece su sentido de pertenencia con la comunidad de San Diego y, en este proceso, su horizonte de sentido se amplía en la cotidianidad. Siguiendo a Halbwachs (2004), se puede decir que, a partir de estos aprendizajes, las nuevas generaciones apoyan la construcción de sus propias memorias extendiendo, desde su propia perspectiva, nuevos significados y sentidos del pasado que se reconfigura gracias a su propia experiencia.
Atendiendo al segundo requisito mencionado por Jelin, ⸺y entendiendo que, como plantea Armella (2015), los dispositivos móviles deben ser articulados a las experiencias de aprendizaje por ser elementos transversales a los escenarios de socialización⸺ la producción de piezas audiovisuales facilita la generación de escenarios de reflexión en torno a temas de interés. En este caso, la memoria histórica y memoria colectiva del corregimiento que, al ser exploradas por los jóvenes, los lleva a resignificar los sentidos del pasado a la luz de sus propias vivencias, con lo cual se fomenta su apropiación y reinterpretación entre las nuevas generaciones.
Esta experiencia reconoce el alcance que tienen los dispositivos móviles, especialmente el celular en la socialización juvenil, así como su potencial pedagógico. Según Rabadán et al. (2015) las imágenes generan fascinación, el propósito pedagógico radica en que se pueda transitar de la fascinación a la reflexión crítica. En este proceso de cocreación con los jóvenes, la captura de imágenes y sonidos con el dispositivo móvil se pone al servicio de un proyecto colectivo que entrelaza la reflexión, el diálogo y la reinterpretación de hechos del pasado con el presente, que habitan desde sus comprensiones juveniles.
De esta manera, el proyecto contribuye en la apertura de espacios de aprendizaje que estén en sintonía con los intereses y recursos tecnológicos extendidos entre los jóvenes para la circulación de conocimientos y narrativas. A su vez, posibilita la participación del grupo en la cocreación de productos audiovisuales que tengan como contenido las memorias del corregimiento; como su fundación, el conflicto armado y la cultura. Asimismo, invita a vincular distintas generaciones para establecer diálogos sobre hechos del pasado, en donde la comunidad de San Diego ha sido protagonista y donde los jóvenes participantes pueden reconocer sus trayectorias personales, y vincular sus biografías de una manera reflexiva y crítica.
Para la presentación de la experiencia, en su parte introductoria, el artículo contiene una reflexión sobre el concepto de memoria y los requisitos que, según Jelin (2002), deben confluir para que el proceso de construcción de la memoria intergeneracional encuentre un lugar en las comunidades.
Posteriormente, se describe el proceso metodológico de la experiencia comunitaria a través de la estrategia de los talleres Crear Comunicación, proceso de formación que propició un escenario de diálogo entre distintas generaciones en torno a la memoria del corregimiento, mediante el cual los jóvenes crearon productos audiovisuales.
Por último, se presentan los resultados de la experiencia, mostrando cómo la creación audiovisual facilita entre los jóvenes la resignificación, apropiación y reflexión sobre los sentidos del pasado. En última instancia se presentan las conclusiones, que evidencian cómo la creación audiovisual promueve el diálogo intergeneracional y se convierte en una alternativa pedagógica que favorece los vínculos comunitarios y la reflexión sobre la memoria colectiva; ejercicio a través del cual se le da voz a los más jóvenes.
Con el propósito de identificar reflexiones de investigación en el ámbito nacional y regional sobre procesos comunitarios afines a la experiencia de los jóvenes de San Diego, se procedió a realizar una revisión bibliográfica y posterior priorización de cinco procesos comunitarios de construcción de memoria intergeneracional, y de creación audiovisual como herramienta pedagógica.
Inicialmente, se destaca el trabajo realizado por Ramírez (2020), titulado «Experiencias de juventud para la paz. Aportes desde las narrativas audiovisuales para una cultura de paz». Allí resalta la importancia de implementar por parte de los maestros, en el marco de la Cátedra de Paz4, prácticas pedagógicas que vinculen a la comunidad educativa en experiencias de narrativas audiovisuales, y faciliten la apropiación de contenidos asociados a la memoria, la historia del conflicto y la resolución pacífica de los mismos.
Posteriormente, en el artículo «Experiencia comunitaria co-creativa en la producción de relatos audiovisuales. Una perspectiva de jóvenes víctimas en Norte de Santander, desde la investigación-acción» Hernández et al. (2022) plantean cómo la Investigación Acción Participativa (IAP) se adecua a distintas estrategias pedagógicas implementadas entre los jóvenes, y permite integrar los dispositivos tecnológicos a los escenarios educativos. Estos dispositivos puestos al servicio de la creación audiovisual posibilitan a los jóvenes encontrarse, narrarse y conocer historias y testimonios de su comunidad. En este caso, la creación audiovisual se convierte en un mediador que moviliza reflexiones críticas frente al pasado, el presente y el futuro de las comunidades.
Ahora bien, en el trabajo «Susurros de memoria, gritos de recuerdo, voz de lucha y resistencia: Una exploración de la historia del proceso organizativo de las mujeres desde el acercamiento juvenil a través el audiovisual en el Resguardo Cañamomo Lomaprieta» Pardo (2020) analiza el alcance de las herramientas de la comunicación audiovisual participativa, cuando se ponen al servicio de la reivindicación de las luchas y lenguajes propios de las mujeres indígenas. Asimismo, reflexiona sobre cómo las herramientas comunicativas pueden transformar la relación de las jóvenes con los procesos de construcción de memoria colectiva e identidad cultural.
Por otra parte, en el trabajo denominado «Activando los lugares de la memoria intergeneracionales de la guerra: reflexiones desde la práctica con la comunidad educativa de la Institución La Palma del municipio de Samaná» Ballesteros et al. (2021) se centran en comprender las memorias intergeneracionales del conflicto armado presentes en jóvenes entre 15 y 19 años de Samaná, mediante la generación de un proceso pedagógico de memoria con la comunidad educativa de la institución La Palma. Para su desarrollo se valieron de metodologías participativas como la cartografía social, líneas de tiempo e historias de vida. Este trabajo visibiliza la importancia de propiciar conversaciones entre adultos mayores y jóvenes del territorio para generar ejercicios de resignificación de lo sucedido durante el conflicto armado.
Finalmente, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (2019) logró posicionar a los jóvenes como actores clave, siendo convocados a través de iniciativas como Generación V+ y la estrategia Beca Viva Voz (2022) cuyo propósito compartido fue «promover el diálogo público desde lenguajes creativos y pertinentes a cada cultura; aportar al reconocimiento del valor de las comunidades para nombrar lo sucedido, resistir y superar las secuelas desde sus actos poéticos» (Comisión de la Verdad, 2019, p. 42). Esto a partir de la visibilización de iniciativas de construcción de paz de diversas comunidades, a través de la creación de proyectos narrativos comunitarios producidos por jóvenes.
Por consiguiente, el proceso metodológico que a continuación se presenta se inscribe en la línea de los trabajos enunciados anteriormente. Según Pinilla et al. (2021), el proyecto «Hilando sociedad» identifica en la IAP una apuesta teórica y metodológica que contribuye a la ampliación del diálogo comunitario en torno a la construcción de paz, el fortalecimiento de los lazos colectivos y la puesta en juego de las capacidades de agencia social y política de los actores locales.
El diálogo implica que los actores involucrados participan de un proceso colectivo de reflexión donde debaten sobre sus propias realidades y, en consecuencia, generan escenarios de intercambio de saberes y conocimientos que potencialmente pueden ponerse al servicio de procesos de construcción colectiva (Figás, 2020, p. 83).
Esta premisa metodológica orientó el trabajo realizado con quince jóvenes de San Diego entre 15 y 20 años. Fue guiado por el equipo de comunicaciones del proyecto a través de talleres denominados Crear Comunicación, diseñados con un doble objetivo: 1) capacitar a los jóvenes en conocimientos teóricos, técnicos y prácticos para la realización de producción audiovisual a través del uso de dispositivos móviles con tecnología “Smartphone”; 2) vincular los conocimientos técnicos adquiridos por los jóvenes y sus intereses con respecto a la memoria histórica y memoria colectiva del corregimiento para la creación de productos audiovisuales.
Los objetivos se cumplieron a lo largo del proceso, haciendo énfasis en cómo estos conocimientos sirvieron como pretexto para disponer a los jóvenes a acercarse a la memoria del corregimiento, dado que, como plantea Figás (2020), suponen la generación de espacios para la reflexión en torno a la identidad, la organización y la auto representación (p. 83). Según la autora, el dominio de las herramientas audiovisuales se convierte en instrumento para la formulación de nuevos discursos; en tanto que promueven entre los grupos el diálogo, la negociación y la generación de significados comunes.
Por tanto, al impulsar la creación audiovisual con los jóvenes, se buscó generar una oportunidad para que exploraran e indagaran sobre sus vínculos con el pasado, y se les invitó a que reconocieran en el diálogo intergeneracional un puente que, al atravesarlo, enriquece con nuevos significados su propia biografía.
El desarrollo del proceso se realizó entre el mes de abril y diciembre de 2021, estuvo dividido en tres talleres distribuidos por sesiones teórico-prácticas: el primero de ellos se denominó Taller de creación fotográfica, en él se invitó a los jóvenes a explorar las herramientas técnicas que llevan a un mejor aprovechamiento y uso de la cámara fotográfica alojada en el dispositivo móvil. Se animó a los jóvenes a entender la fotografía como una herramienta para comunicar ideas, sentimientos y emociones; y se socializaron los tipos de fotografía, principalmente la artística, documental y de paisaje. Para complementar estos aprendizajes, el proyecto «Hilando sociedad» se sumó a la conmemoración de la muerte del padre Daniel, con un concurso de fotografía. De tal forma que la práctica estuvo enmarcada en un proceso creativo, en donde los jóvenes combinaron en sus composiciones fotográficas el paisaje y los principales lugares del corregimiento con la figura de este personaje. Esto los llevó a vincular dos tipos de conocimientos, el técnico y el histórico; para lograr el objetivo realizaron una indagación previa del papel de esta figura en la historia de su comunidad.
En el segundo taller denominado Creación sonora se abordaron los elementos conceptuales y técnicos para la realización de un producto sonoro utilizando el audio del dispositivo móvil. En este taller se destacó el sonido como fuente de información cultural, en la medida en que marca ritmos, indica temporalidades, presencias y excepcionalidades. Siguiendo a Schafer (1994), a través de esta fuente se puede apreciar la sonoridad de un lugar identificando características y particularidades del entorno que se habita o se transita.
El concepto de creación fue clave en la metodología, ya que en este encuentro se incorporaron los pasos de preproducción, producción y posproducción; los cuales están enmarcadas dentro de los requisitos para la elaboración de productos audiovisuales. Su riqueza en el proceso de aprendizaje radicó en que, en las dos primeras etapas5, los jóvenes elevaron su nivel de participación. Así, en la etapa de preproducción el grupo estuvo llamado a indagar y planificar el qué, cómo, dónde y para qué se va a escoger un contenido. Esto trasciende los aprendizajes técnicos, los cuales se pusieron al servicio de un ejercicio de reflexión en el que llegar a acuerdos sobre las temáticas, la identificación de personajes clave y la construcción de preguntas, se convirtió en paso definitivo previo al proceso de producción.
Para finalizar, en este taller se trabajó ‘el podcast’ definida como una pieza de audio con una temática y periodicidad en su circulación. Se dio a conocer el concepto, los tipos de formatos y contenidos, la manera como se organiza el guion (escaleta) y algunas aplicaciones móviles que pueden ser útiles en el proceso de preproducción, producción y posproducción.
En el tercer y último taller de «Creación audiovisual», se vincularon los contenidos desarrollados en los dos anteriores; audio e imagen. Consistió en combinar de forma creativa el audio, la imagen y el texto para comunicar o narrar historias a través de videos. Este taller se centró en conocer los roles, fases y herramientas de la producción audiovisual. En el componente práctico se hizo un ejercicio entre los integrantes del grupo, a quienes se les propuso aplicar la técnica de entrevista para conocer su potencialidad, y reconocer la preparación previa que se requiere para realizarla e identificar las preguntas que nos interesa formular para optimizar sus resultados. El objetivo se centró en que participaran de las tareas y roles que se deben asumir al generar una producción audiovisual; entre ellas: escoger una temática, elegir una fuente, elaborar preguntas, realizar la entrevista y el registro a partir de criterios técnicos.
De esta manera, los talleres ofrecieron a los jóvenes conocimientos técnicos y prácticos que los invitó a acercarse de manera diferente a su cotidianidad, indagarla y examinarla a partir de la utilización de estos recursos y herramientas. Esto abonó el terreno para la práctica de la IAP que, retomando a Pinilla et al. (2021), se inclina por apuestas colaborativas a través del diálogo intersubjetivo y el reconocimiento de la pluralidad de saberes como camino para la comprensión de la realidad. Todo lo cual es puesto en juego por medio de la creación audiovisual como ejercicio de construcción colectiva.
Ahora bien, la potencialidad de la creación audiovisual está en que integra el uso de los dispositivos móviles a escenarios de encuentro y aprendizaje, en donde los jóvenes tienen la posibilidad de interrogar su pasado y las diferentes memorias del corregimiento que los lleva a revalorar y comprender sus propias vivencias y referencias a la luz de una mirada crítica. Halbwachs (2004) plantea que las ideas o reflexiones, que se van adquiriendo con el tiempo, llevan a que las personas reaccionen sobre sus propios recuerdos. Para este autor, «El recuerdo es una reconstrucción del pasado con la ayuda de datos tomados del presente» (p. 71).
Por ende, el objetivo de la experiencia estuvo orientado a que el grupo de jóvenes descubriera en este aprendizaje una oportunidad para explorar sus propios intereses, activaran su sensibilidad a través de la captura de imágenes, voces, testimonios y, en este camino, generaran el interés y la disposición de ampliar su mirada sobre el corregimiento y el lugar que en su construcción han tenido sus predecesores. Esto con un propósito: facilitar ejercicios de transmisión de la memoria a través de la movilización de escenarios de escucha y diálogo, en donde se da la oportunidad de encontrarse con otros miembros de la comunidad para ampliar saberes y sentires; así como fortalecer el camino hacia la identificación con un pasado común.
Los talleres de Crear comunicación movilizaron entre los jóvenes la búsqueda de temas asociados a la memoria histórica y colectiva del corregimiento: identificación de referentes, hitos y lugares. Esto permitió que los jóvenes activaran sus inquietudes e intereses en torno al pasado del corregimiento, acudiendo de manera intuitiva a otros tipos de memoria: familiar, religiosa, del conflicto armado, la vinculada con los lugares como el patrimonio natural; o recurriendo a aquellos marcos de la memoria más generales que, como lo propone Halbwachs (2004), tienen que ver con la temporalidad, espacialidad y el lenguaje.
En la historia de San Diego, al padre Daniel se le atribuye estar entre sus fundadores; ser guía espiritual y promotor del progreso en los primeros años del poblado. Por su importancia para la comunidad, entre el 26 y el 31 de julio de 2021 se rindió homenaje a su obra a través de un evento de tipo memorialista, el cual convocó a diferentes grupos de interés como el «Comité Pro-vida del padre Daniel» y a las principales autoridades: la corregiduría, la Institución Educativa Félix Naranjo, la Policía, comerciantes, líderes comunitarios y miembros de la comunidad en general.
A este esfuerzo colectivo se sumó «Hilando sociedad» a través de Crear comunicación, el proyecto encontró en esta conmemoración una oportunidad para vincular a los jóvenes con la dinámica del corregimiento, y posibilitar la construcción de una relación con la memoria histórica y colectiva; mientras ponían en práctica los conocimientos adquiridos en los talleres antes mencionados.
El primer ejercicio realizado en el marco de la conmemoración de la muerte del padre Daniel fue la realización de un concurso de fotografía, que pretendió motivar a las y los jóvenes a indagar sobre la figura de este personaje, y a vincularlo a diferentes lugares e hitos emblemáticos del corregimiento. Este concurso hizo parte de la programación de la semana de conmemoración, donde las fotografías fueron expuestas al público.
Figura 1. Segundo lugar en el concurso realizado en el marco de la conmemoración de la muerte del padre Daniel María López (C. Laguna de San Diego. Corregimiento de San Diego).
Fuente: fotografía tomada por Aguirre en julio de 2021.
Durante la conmemoración, el grupo de jóvenes se convirtió en el equipo de comunicaciones del evento, esto los motivó y comprometió. Se organizaron comisiones según la agenda para cubrir su desarrollo, y registrar los principales momentos de la semana a través de fotografías, videos y entrevistas elaboradas por ellos mismos.
Entre el grupo surgió la necesidad de acudir a fuentes autorizadas para hablar de la vida y obra del padre Daniel, siendo esta una ruta metodológica que facilitó los encuentros y el diálogo entre dos generaciones; a partir del interés que esta experiencia generó entre los jóvenes al querer profundizar sobre la obra de este personaje. Esto corrobora lo planteado por Halbwachs (2004), en el sentido en que el encuentro y el diálogo se convierte en la posibilidad de enriquecer la memoria a partir de nuevos aportes, que permiten una significación más clara sobre los hechos del pasado.
La participación del grupo se convirtió en una muestra de cómo el dispositivo móvil puede ser optimizado en su uso y puesto al servicio de un trabajo de creación colectiva. A través de este pretexto, se programaron y realizaron entrevistas para indagar sobre uno de los personajes más representativos en la historia del corregimiento. De igual manera, en el concurso de fotografía, esta herramienta permitió a los jóvenes explorar su territorio en búsqueda de posibles imágenes, composiciones y planos que tuvieran la intención explícita de contar una historia.
La divulgación de este evento se dio a través de un video que compiló las principales actividades realizadas a lo largo de la semana. Así, este grupo terminó entrelazando el uso de sus dispositivos móviles, el compromiso asumido al ser parte del equipo de comunicaciones y el interés que identificaron al reconocer a este personaje como parte de su historia como comunidad.
En esta segunda fase, se promovió un ejercicio reflexivo que ayudó a priorizar los temas de interés del grupo, siendo estos, pretextos para diseñar un plan que incluyera: seleccionar temáticas, elaborar entrevistas, identificar actores y rutas de trabajo para profundizar sobre los temas e identificar intereses. Como resultado, las temáticas seleccionadas para ser abordadas fueron en su orden: historia fundacional, los mitos y leyendas de La Laguna de San Diego y el conflicto armado.
Este ejercicio avivó la curiosidad de los jóvenes por el pasado. Una vez abierta esta puerta, consideraron que establecer diálogos con los adultos mayores y otros miembros de la comunidad puede ser fructífero; en tanto comprenden que, por su larga trayectoria, disponen de un cúmulo de anécdotas sobre sucesos o hechos de los que escucharon en su juventud, o de los que fueron testigos o artífices en el pasado de la comunidad.
Posterior a esta actividad, el equipo se congregó alrededor de un proyecto de construcción colectiva: la realización de una serie de podcasts con tres episodios que ampliaron los temas escogidos. Según Rabadán et al. (2015), metodológicamente, la producción de un podcast incita de forma especial a la participación, porque permite narrar historias de forma colectiva, comprender la necesidad de acciones comunicativas y porque, a través de tareas como: la construcción del guion, búsqueda y definición de la musicalización, inclusión de voces e interpretación y selección de actores de interés, se promueve el intercambio de saberes y recuerdos que enriquecen el debate y la circulación de conocimiento sobre la memoria histórica y memoria colectiva de la comunidad. La realización de los episodios promovió este diálogo y generó escenarios de encuentro con actores de la comunidad, desde allí los jóvenes formularon preguntas y escucharon narraciones sobre las temáticas previamente elegidas por ellos .
Adicionalmente, el que sus familias hayan sido víctimas del conflicto armado, o ser habituales visitantes de La Laguna, así como conocedores de algunos fragmentos de la vida y obra del padre Daniel, fueron razones suficientes para indagar sobre lo que subyace a esas temáticas; querer ampliar sus conocimientos sobre ellas, encontrar significados nuevos que les permita integrarlos a su propia trayectoria de vida, y resignificarlos en el marco de sus reflexiones, experiencias e intercambios. Aquí vale la pena retomar a Halbwachs (2004), cuando plantea que es en los ejercicios dialógicos donde se posibilita el desarrollo continuo de la memoria colectiva, donde se extiende y se transforma, y se conserva renovada.
Figura 2. Producción Podcast sobre la fundación del corregimiento de San Diego.
Fuente: fotografía tomada por Moreno en septiembre de 2021.
Rabadán et al. (2015) afirman que en este tipo de procesos formativos:
La función de las herramientas y medios audiovisuales es promover proyectos de trabajo para vivir la cultura diversa de la comunidad mediante la producción de narraciones propias que lleven a percibir, analizar, contrastar puntos de vista y llegar a acuerdos sobre los contenidos de las narraciones. (p. 52).
Esta característica de la creación de contenidos narrativos audiovisuales posibilitó conversaciones y reflexiones entre los jóvenes y los miembros de la comunidad. Asimismo, generó escenarios de aprendizaje y apropiación de los distintos acontecimientos que han dejado huella en las personas, y en la manera en que ellos toman posición como parte de esas historias.
En el encuentro de definición de la temática del podcast se dialogó sobre el contenido del primer episodio. En este ejercicio fue interesante la lluvia de ideas que llevó a la construcción del título y su eslogan: «Laguna de recuerdos: conociendo las raíces de San Diego y construyendo nuevas memorias» puesto que en la definición de las palabras clave, los jóvenes aludieron al territorio escogiendo «La Laguna» como el patrimonio natural que los identifica, y el nombre del corregimiento «San Diego» como el territorio en el que ellos se sitúan; esto evidencia la relación significativa, el vínculo que tienen los jóvenes con el territorio. Una integrante plantea:
La Laguna es lo que siempre queremos mostrar, es el lugar para visitar, lo más bonito de este corregimiento, para la idea de la frase también nos sirve asociar la idea de la laguna porque tiene un fondo que no conocemos. (Comunicación personal, septiembre de 2021).
Lo anterior permite evidenciar que «el territorio no es únicamente un espacio físico con cualidades geográficas y ecosistémicas, sino que corresponde a un proceso de construcción social de sentido de los espacios» (Comisión de la Verdad, 2022, p. 19). Lo cual es reflejo de la importancia que adquiere para los jóvenes en su construcción de identidad individual y colectiva.
En segunda medida, la asociación que hacen con las raíces puede interpretarse como el interés que muestran los jóvenes por indagar sobre los orígenes del corregimiento, que también está ligado con el arraigo por el territorio y la idea de profundidad a la que alude «La Laguna». «Con los podcasts, lo que vamos a hacer es recuperar voces de gente que lleva viviendo mucho tiempo en San Diego y que nos puede contar cómo eran antes las cosas» (comunicación personal, 22 de octubre de 2021).
Así mismo, cuando hacen alusión a las nuevas memorias, se puede entrever un reconocimiento tácito de que su gestación son una consecuencia derivada del diálogo que se permiten con otros sobre temas de interés. En este sentido, la memoria va construyéndose en virtud de la relación y reflexión que los jóvenes van estableciendo entre los saberes, prácticas y tradiciones adquiridos en la socialización, en el intercambio de intereses, narrativas, nuevas interacciones y motivaciones. La memoria se renueva de manera constante, se va construyendo en función de las contingencias del presente.
Retomando a Jelin (2002), para que la memoria colectiva se siga construyendo y pasando de generación en generación, debe fomentarse la comunicación entre ellas. La palabra, el encuentro y la escucha del otro hace parte de las dinámicas relacionales presentes en la cotidianidad, Halbwachs (2004) lo denomina «el vínculo vivo de las generaciones», refiriéndose al contacto permanente que hay en el seno de la familia; y cómo en este diálogo, en las tradiciones y experiencias que se comparten, los niños y adolescentes son llevados a épocas distintas, a escenarios lejanos que dan cuenta de formas de ser y pensar que, aunque no corresponden a las prácticas o sentires actuales de los jóvenes, son asumidos como parte integral de los relatos familiares. En este diálogo que se da de manera orgánica, eso que se percibe distante también se apropia gracias al relacionamiento cotidiano.
La experiencia de encuentro e intercambio de quince jóvenes, bajo el pretexto de la creación audiovisual, generó un espacio de reflexión sobre la memoria histórica y colectiva de San Diego, que los ubicó en una dimensión del nosotros en la que circulan recuerdos, experiencias, reflexiones; y se descubren relaciones entre las ideas y conocimientos de cada participante y del grupo a la par. Siguiendo a Ortega et al. (2014), lo anterior demuestra que:
Las nuevas generaciones se plantean cuestionamientos frente al legado histórico y su incidencia en el presente y en el futuro, agenciando –desde sus propias lecturas y análisis– horizontes de sentido que alimentan los procesos de construcción de identidad y su posicionamiento ético-político. (p. 67).
Los jóvenes participaron de un diálogo e intercambio con personas de su misma generación y de otras generaciones, en donde hechos como el conflicto armado, por ejemplo, y la manera de recordarlo tiene una impronta propia que se constituye en referente. Esto se complementa con los relatos y experiencias de otros, y les permite ir construyendo significados.
De esta manera, frente a la época del conflicto armado situado entre finales de los noventa y principios del dos mil, período en el cual aún no habían nacido, los jóvenes generaron diálogos en sus casas, realizaron preguntas a sus padres y escucharon anécdotas; todo motivado por ser un tema abordado en los talleres: «le pregunté a mi mamá sobre el conflicto y me contó de todo, me habló de una comandante Karina y de una toma que hubo aquí en el 2002» (comunicación personal, noviembre de 2021).
Así mismo, el asumir el compromiso de hacer parte de la semana de conmemoración del padre Daniel y del concurso de fotografía, los llevó a reconocer el papel de esta figura en la fundación del poblado; ya que durante esa semana escucharon de la voz de adultos mayores, líderes comunitarios y comunidad, testimonios que dan cuenta de su obra misionera y de su liderazgo en la realización de obras para el bienestar de la comunidad. Apoyando esta afirmación, una de las jóvenes planteó:
Una cosa es pasar por la estatua del Padre Daniel conociendo quien fue, a pasar sin saber nada de él, por eso hay que aprovechar a los viejitos que lo conocieron, para que nos cuenten su historia. (Comunicación personal, julio de 2021).
Ese interés por el pasado tiende a ser un proceso perdurable, en la medida en que los jóvenes puedan atribuir nuevos sentidos a aquello que les fue contado; no como repetición, sino como referencia significativa de su presente y proyecto de vida. Los productos audiovisuales descritos permitieron, en su elaboración, ir ampliando de manera paulatina los conocimientos de los jóvenes sobre la memoria histórica, y reflexionar sobre sus vínculos vitales con la memoria colectiva del corregimiento y la manera en que esto está asociado a su identidad.
En la elección de las temáticas realizada por los jóvenes se ve una confluencia entre la memoria personal y colectiva, dado que contaban con un acervo de recuerdos y saberes ligados a sus vivencias, a los relatos sobre hitos fundacionales, personajes destacados o la historia del desplazamiento de sus padres; historias narradas por familiares, profesores y personas de la comunidad. En esta definición de temas y su exploración con distintos actores de la comunidad, se ampliaron los sentidos y significados sobre estas memorias gracias a las preguntas construidas por los jóvenes y los diálogos intergeneracionales, en donde se reconoce a los adultos mayores como portadores de amplios conocimientos sobre los orígenes de San Diego y su labor activa dentro de la comunidad.
De igual manera, las memorias no solo se activaron a través del diálogo entre los jóvenes, y de estos con miembros de la comunidad, también por medio de los recorridos por las calles del centro poblado y veredas cercanas. Hubo disposición para mirar con otros ojos los lugares, y así se convirtieron en punto de apoyo para que los jóvenes evocaran a través de su paso por ellos sus propias experiencias o las ajenas que, al descubrirlas y entenderlas en su presente, se hicieron significativas por la carga colectiva de los distintos hechos que allí han sucedido. Así se constata la huella que va quedando en los jóvenes, y la construcción de sentidos en torno a los lugares.
Esto quedó claro en los comentarios de los participantes sobre distintos hechos del conflicto armado. Un integrante contó en una de las visitas que se hizo a la vereda Venecia: «Dicen que esto aquí era una base paramilitar, todavía se pueden ver los rastros de las balas, ahora este lugar lo utilizan para el consumo de droga» (comunicación personal, septiembre de 2021).
El anterior testimonio hizo parte de la conversación espontánea que se activó al visitar, en la vereda Venecia, una vieja edificación en ruinas (figura 3) que tenía en sus muros rastros asociados con los hechos ocurridos en el territorio durante la época del conflicto armado. Así mismo, se percibe la transformación del uso del lugar en los últimos años, y evidencia el consumo de drogas como una de las actuales problemáticas que personas de la comunidad y los mismos jóvenes reconocen.
Siguiendo a Kuri (2017), los lugares son concebidos como anclajes y soportes materiales del proceso de recordar, además son indicativos del paso del tiempo y testigos de diferentes épocas; las cuales pueden aparecer simultáneamente en el presente y dejar en evidencia cómo, con el paso del tiempo, los sentidos de lo que evocan los lugares pueden superponerse y complementarse de acuerdo con la relación que se establece con ellos. En este caso, la memoria que los jóvenes han construido sobre las ruinas ya descritas les habla sobre la memoria colectiva del centro poblado y sobre vivencias del presente, que indican una problemática sentida en la comunidad y que se configura como elemento determinante en la relación que establecen con este lugar.
Figura 3 . Antigua base paramilitar, vereda Venecia.
Fuente: fotografía tomada por Moreno en septiembre de 2021.
Por otro lado, los talleres dejan en evidencia la importancia del narrador y del papel que ocupa en la construcción de la memoria, al ser portador de una historia para contar y de una experiencia para compartir. Al preguntarle a los jóvenes qué los motivó a elegir las personas a entrevistar, algunas de las respuestas fueron las siguientes: «escogí a la profesora Carmen6 porque en clase ella nos cuenta historias de cuando ella vivía en El Congal» (comunicación personal, octubre de 2021), «escogimos a don Pedro y doña Antonia porque ellos son de las personas más antiguas, y tienen muchas historias del corregimiento» (comunicación personal, octubre de 2021).
Los temas de interés elegidos por los jóvenes fueron ampliados a través de personas de la comunidad, con quienes habían compartido previamente en escenarios de socialización y encuentros espontáneos; allí escucharon la narración de hechos tanto de la historia, como de la memoria reciente del corregimiento. Para la realización de los productos, los jóvenes recurrieron a voces conocidas que ya habían sembrado semillas en ellos, estas personas portadoras de relatos de experiencias e historias que comparten en espacios formales o informales generaron, sin proponérselo, interés y curiosidad en esta población.
Los talleres Crear comunicación se convirtieron en un mediador pedagógico que posibilitó articular y fomentar el diálogo intergeneracional, así mismo, ofreció herramientas para ampliar las reflexiones de las y los jóvenes sobre los temas elegidos y explorados. Esto implicó convertir las anécdotas en fuente de información que se podían organizar cronológicamente, así como enriquecer y comprender desde nuevas lógicas y ajustarlas según sus propias experiencias.
Posibilitar escenarios para el conocimiento sobre la memoria histórica y la memoria colectiva, que se hacen vitales en San Diego, permite a los jóvenes comprender cómo su biografía, construida a través de recuerdos, experiencias y prácticas, está anclada a esta experiencia; y cómo perdura en ellos gracias a su propia resignificación. Como lo expresa Halbwachs (2004), las memorias individuales están envueltas por la memoria colectiva a través de las relaciones con los otros.
Esta experiencia de formación destaca el aporte que el encuentro y el diálogo intergeneracional ofrece en la construcción de nuevas interpretaciones del pasado, lo cual evidencia la relación existente entre pedagogía y memoria que, como lo plantean Ortega et al. (2014) «[…] está basada en la alteridad, es decir en el reconocimiento y en el respeto por el otro en el marco de una práctica democrática, contextual y transformadora, entretejiendo de esta manera pasado, presente y futuro» (p. 67). Lo anterior posibilita la construcción de nuevos relatos que vinculan a los jóvenes como agentes activos de su presente, con una potencial incidencia en su porvenir.
Fomentar el diálogo entre los jóvenes, los adultos mayores y adultos de la comunidad ⸺en torno a temáticas significativas y sensibles que aportan en la construcción y resignificación de la identidad de la comunidad de San Diego⸺ significa valorar las memorias de los mayores, atender a sus aportes y perspectivas, y considerarlas como fuentes de sentido para las nuevas generaciones; quienes a partir de este diálogo y de sus experiencias reflexionan y amplían su mirada sobre el territorio, la historia y los acontecimientos de significancia colectiva. Como lo plantea García y Bernard (2011), reconocer que «[…] su identidad está construida en base a lo que hicieron sus predecesores» (p. 12).
Para Sánchez (2009) el diálogo intergeneracional es posible cuando existe el interés por fomentar espacios de encuentro e intercambios, en donde en el marco de la curiosidad y descubrimiento se dé lugar a lazos entre distintas generaciones; las cuales posibilitan la emergencia de intereses comunes que los vincula. Este concepto ayuda a entender que la memoria del pasado no es algo que se trasfiere a las nuevas generaciones como si se tratara de una propiedad, sino que su construcción se realiza en un espacio intersubjetivo (Reyes et al., 2015).
De esta manera, la experiencia se considera como un proceso que facilita la construcción de la memoria intergeneracional, ya que el tipo de relación que aquí se promueve contribuye al diálogo, puesta en común, aprendizaje y apoyo entre generaciones. Esto da lugar a lo que Jelin (2002) denomina «la ampliación intergeneracional del nosotros», en tanto que los jóvenes participantes apropian, a través de la creación audiovisual, nuevos saberes sobre la comunidad a la que pertenecen y los incorporan de múltiples formas a sus propias experiencias y expectativas.
Adicionalmente, se destaca cómo en esta experiencia las aplicaciones contenidas en los dispositivos móviles fueron una herramienta que, por su cercanía a los jóvenes, facilitó la generación de espacios de interacción y reflexión sobre hechos de la memoria histórica y memoria colectiva; así como su apropiación. Su uso se convirtió en un pretexto para descubrir el entorno y facilitar actividades reflexivas en donde indagaron sobre diversos temas; y esto la posicionó como una alternativa pedagógica.
La metodología utilizada en el marco de un proyecto desarrollado desde la IAP permitió que los jóvenes respondieran fluidamente a la invitación de recorrer los caminos del pasado, a través de voces de generaciones adultas a quienes reconocieron como portadoras de un saber que contribuye a sus aprendizajes sobre las memorias del territorio; así como a sus comprensiones sobre quiénes son como jóvenes y agentes de la comunidad.
Por último, se destaca que la memoria se construye en el diálogo cotidiano y que, al retomarlo como tema de reflexión, los jóvenes plantean relaciones con su biografía; dejan de ser espectadores o receptores de historias narradas y se convierten en autores de contenidos que, por su nueva comprensión, pueden reinventar como respuesta al proceso de creación audiovisual.
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1 Proyecto de investigación «Hilando capacidades políticas para las transiciones en los territorios». Código SIGP: 57729. Financiado en el marco de la convocatoria Colombia Científica. Declaración de intereses: las autoras declaran que no se presentan conflictos de intereses. Disponibilidad de datos: los datos relevantes presentados en este artículo están disponibles en la investigación «El papel de la creación audiovisual en el fortalecimiento de la memoria intergeneracional: caso del corregimiento de San Diego, municipio de Samaná - Caldas» realizada en el proyecto «Hilando capacidades políticas para las transiciones en los territorios».
2 Magíster en Historia y Memoria de la Universidad de la Plata, Investigadora de campo municipio de Samaná, Socióloga de la Universidad de Caldas. mariac.vallejo@ucaldas.edu.co
3 Profesional en Gestión Cultural y Comunicativa, Profesional de Comunicaciones para el municipio de Samaná. Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales. zmorenol@unal.edu.co
4 Materia dictada en todas las instituciones educativas del país, desde la promulgación de la Ley 1732 en el 2014.
5 En la etapa de posproducción, los jóvenes no intervinieron. Este proceso que se realiza a través de programas de edición fue llevado a cabo por la profesional de comunicaciones.
6 El nombre original fue cambiado para proteger la identidad de la fuente. En adelante, los nombres utilizados obedecen al mismo criterio.