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Prácticas de crianza en madres oyentes, con hijos Sordos usuarios de Lengua de Señas Colombiana1

[Versión Castellano]

Parenting Practices in Hearing Mothers with Deaf Children Who Use Colombian Sign Language


Práticas parentais em mães ouvintes com crianças surdas que usam a linguagem de sinais colombiana


Recibido el 11 de noviembre de 2020. Aceptado el 19 de abril de 2021.



Para citar este artículo: Amaya-Montoya, Luz-Yeisiri; Agudelo-Gutiérrez, Laura-Katerine; Suarez-Monsalve, Luisa-Fernanda. (2021). Prácticas de crianza en madres oyentes, con hijos Sordos usuarios de Lengua de Señas Colombiana. Ánfora, 28(51), 69-92. https://doi.org/10.30854/anf.v28.n51.2021.770 Universidad Autónoma de Manizales. L-ISSN 0121-6538. E-ISSN 2248-6941. CC BY-NC-SA 4.0

Luz-Yeisiri Amaya-Montoya2

https://orcid.org/0000-0002-2218-7131

Colombia

Laura-Katerine Agudelo-Gutiérrez3

https://orcid.org/0000-0003-4368-5532

Colombia

Luisa-Fernanda Suarez-Monsalve4

https://orcid.org/0000-0003-2415-594X

Colombia




Resumen

Objetivo: describir las prácticas de crianza impartidas a personas Sordas desde la narrativa de dos madres oyentes, sin competencia comunicacional en Lengua de Señas Colombiana. Metodología: investigación fenomenológica de alcance descriptivo. Como técnica de recolección de las narrativas se acudió a la aplicación de una entrevista semiestructurada dirigidas a las madres de las personas Sordas, el análisis de los datos se efectuó por medio de una matriz categorial artesanal donde se sistematizó el discurso de las madres en las diferentes categorías (apoyo afectivo, regulación del comportamiento, relaciones familiares, comunicación). Resultados: las prácticas de crianza ejercidas desde la narrativa de las madres estuvieron mediadas por apoyo afectivo, manifestado a través de estrategias como el juego y las caricias, regulación del comportamiento orientado por estrategias como el refuerzo – castigo, relaciones familiares orientadas a favorecer espacios de integración en el entorno familiar, espacios que no se percibieron como acciones favorables para el desarrollo de la seguridad personal y confianza en sus hijos. En esta comunicación emergieron estrategias no verbales (signos o lenguaje no verbal) las cuales se ajustaban de acuerdo a la capacidad auditiva del menor. Conclusiones: las prácticas de crianza narradas por las madres no están muy alejadas de las acciones que normalmente ejercen los padres de hijos oyentes, pues sus prácticas están mediadas por un amor filial, vínculo salutífero, creatividad, recursividad y acompañamiento. No obstante, se resalta la importancia que tiene el aprendizaje del Lenguaje de Señas como lengua materna para la formación consciente y argumentada de los niños y las niñas, para el adecuado reconocimiento de su cultura Sorda y para su apropiada inclusión social.

Palabras claves: Sordo; Crianza del niño; Comunicación.



Abstract

Objective: to describe the parenting practices of hearing parents who have Deaf

children through the narrative of two hearing mothers without communicational

competence in Colombian Sign Language. Methodology: phenomenological

research of descriptive scope. The technique used to collect the narratives was the

application of a semi-structured interview with the mothers of the Deaf people, the

data analysis was carried out by means of a handmade categorical matrix where the

mothers' discourse was systematized in the different categories (affective support,

behavior regulation, family relationships, communication). Results: the parenting

practices exercised from the mothers' narratives were mediated by affective support,

manifested through strategies such as play and caresses, regulation of behavior

oriented by strategies such as reinforcement-punishment, family relationships

oriented to favor spaces of integration in the family environment, spaces that were

not perceived as favorable actions for the development of personal security and

trust in their children. In this communication, nonverbal strategies emerged (signs or nonverbal language) which were adjusted according to the hearing capacity of

the child. Conclusions: the parenting practices reported by the mothers are not

very far from the actions normally exercised by parents of hearing children, since

their practices are mediated by filial love, salutary bonding, creativity, recursion

and accompaniment. Nevertheless, the importance of learning Sign Language as

a mother tongue for the conscious and reasoned formation of children, for the

adequate recognition of their Deaf culture and for their appropriate social inclusion

is highlighted.

Keywords: Deaf; Child rearing; Communication.


Resumo

Objetivo: descrever as práticas parentais ensinadas a surdos a partir da narrativa de duas mães ouvintes, sem competência comunicacional em Língua de Sinais Colombiana. Metodologia: pesquisa fenomenológica descritiva. Como técnica de coleta das narrativas, foi aplicada uma entrevista semiestruturada às mães de surdos, a análise dos dados foi realizada por meio de uma matriz categorial artesanal onde o discurso das mães foi sistematizado nas diferentes categorias (apoio afetivo, regulação do comportamento , relações familiares, comunicação). Resultados: as práticas parentais exercidas a partir da narrativa das mães foram mediadas pelo apoio afetivo, manifestado por estratégias como brincadeiras e carícias, regulação do comportamento pautada por estratégias como reforço - punição, relações familiares visando favorecer espaços de integração no ambiente familiar , espaços que não foram percebidos como ações favoráveis para o desenvolvimento da segurança pessoal e da confiança dos filhos. Nessa comunicação emergiram estratégias não verbais (sinais ou linguagem não verbal) que foram ajustadas de acordo com a capacidade auditiva da criança. Conclusões: as práticas parentais narradas pelas mães não estão muito distantes das ações normalmente realizadas pelos pais de filhos ouvintes, pois suas práticas são mediadas por amor filial, vínculo saudável, criatividade, desenvoltura e acompanhamento. No entanto, destaca-se a importância da aprendizagem da Língua de Sinais como língua materna para a formação consciente e racional de meninos e meninas, para o adequado reconhecimento de sua cultura surda e para sua adequada inclusão social.

Palavras-chave: Surdo; Educação da criança; Comunicação


Introducción

Según la Organización Mundial de la Salud OMS (2021), “en el mundo, 1500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de audición, de las cuales unos 430 millones necesitan servicios de rehabilitación”. En Colombia, las cifras estimadas por el Instituto Nacional para Sordos (INSOR) en el año 2020 calculan un total de 560.029 personas con discapacidad auditiva, de las cuales el 95% pertenecen a familias oyentes (Quiceno, Arbeláez, 2016) y solo el 11% (Alcaldía mayor de Bogotá, INSOR, 2016) tienen acceso a la Lengua de Señas Colombiana.

Lo anterior justifica la importancia del acompañamiento profesional así como de entidades estatales y gubernamentales en la adquisición de la Lengua de Señas Colombiana a las familias, en consonancia a la ley 982 de 2005, Capítulo IV, Artículo 24 la cual declara que a “padres, cónyuges y hermanos de Sordos y sordos ciegos que lo deseen, el Estado les proveerá de acceso a la Lengua de Señas Colombiana, a través de los programas de educación bilingüe del Sordo” (p. 1).

Si bien se encuentra publicada la ley que garantiza la adquisición de la Lengua de Señas Colombiana al núcleo familiar, la situación real de su uso no es coherente respecto a las cifras de familias con manejo moderado o amplio de la Lengua de Señas en Colombia. Esto puede deberse, tal como lo precisa Maritza Valladares, (2011) a que la Lengua de Señas significa para los padres y madres un idioma diferente, aunque útil, puede implicar resistencia a su aprendizaje, dado al esfuerzo que supone su adquisición, por lo complejo de su sistema, y por lo diferente que es respecto a la comunicación natural de las personas oyentes. Diferente al castellano, la Lengua de Señas es tridimensional, ágrafa, tiene su propio vocabulario, gramática y sintaxis.

Es considerable señalar que, en cuanto a las prácticas de crianza, es vital la comunicación, ya que esta favorece las relaciones familiares y evita que los niños sufran posibles daños emocionales que pueden ser causados por la falta de interacción, pues como lo concluye Mary Flaherty (2015) “las dificultades en la comunicación entre los padres oyentes y sus hijos sordos pueden dar como resultado una salud psicológica menos que óptima en los niños” (p. 73).

Dentro de este contexto es oportuno comprender que el hecho de que las madres o el cuidador principal no compartan la misma lengua con el infante puede dificultar las prácticas de crianza, y puede representar una barrera comunicacional en torno a las reglas y acuerdos. Por el contrario, tal como lo nombra Diego Rodríguez (2018): “las prácticas de crianza bien orientadas fortalecen la autonomía, las habilidades sociales, orientan los comportamientos y fortalecen la comunicación entre padres e hijos” (p. 113). Por ello es que se hace necesario que las madres o cuidadores aprendan la Lengua de Señas Colombiana como una herramienta comunicativa para la formación del ser.

Las prácticas de crianza sin lengua o comunicación cambian la dinámica familiar respecto a las creencias y significaciones sociales y familiares, lo que Dora Manjarrés, Elvia León, Rosanna Martínez, Andrés Gaitán (2013) denominan relaciones conyugales. Ellos afirman que estas relaciones en el entorno familiar de un niño con una condición especial, al verse obstaculizada la comunicación, pueden presentar sentimientos de culpa, indiferencia, alejamiento y descuido de los menores; además, de la generación de emociones específicas como rabia, agotamiento y fracaso en su rol de cuidadores. O como lo concluyen Katerina Antonopoulou, Kika Hadjikakou, Aglaia Stampoltzis, Nicoletta Nicolau (2012), estas familias pueden adoptar un estilo predominante de crianza autoritaria.

Todo lo mencionado hasta el momento parece confirmar la importancia de la comunicación en las prácticas de crianza, bien sea en un idioma como el castellano o una lengua como la Lengua de Señas Colombiana, es por ello que surge la pregunta ¿Cómo se han generado las prácticas de crianza en dos personas Sordas señantes desde la perspectiva de sus madres oyentes sin capacidad comunicacional en Lengua de Señas Colombiana?

Para la resolución de la pregunta de investigación, primero, se identificaron las prácticas de crianza adoptadas por las madres, y, después, se reconocieron los principales factores que afectaron la comunicación entre cada díada perteneciente al estudio.

Con base en lo mencionado, hasta el momento, la presente investigación resalta la importancia de la familia como red de apoyo en la primera infancia, partiendo del hecho de que esta constituye el primer núcleo de relacionamiento y es portadora de costumbres, valores y hábitos que actúan como instrumento de construcción y sobrevivencia en el contexto social (Martínez, 2012). Entre tanto, la ausencia de comunicación puede llegar a representar la desvinculación de la persona en cuanto a los hábitos, costumbres y creencias familiares, por lo que la persona sorda puede decidir acceder a su propia cultura, no solo en el entorno social, sino también familiar; de ahí que el Estado, la sociedad y las familias tengan como desafío promover los derechos de los niños con discapacidad auditiva y su inclusión social y familiar (Rodríguez, 2018).

Identificar la manera en la que se generaron las prácticas de crianza en cuidadoras oyentes no usuarias de la Lengua de Señas Colombiana, madres de hijos Sordos señantes, posibilita como método de análisis categorial las prácticas ejercidas en relación con factores afectivos, de comunicación, orientación a la norma y su incidencia en el entorno familiar.

Aunado a ello, la investigación permite reflexionar sobre el cumplimiento de la ley 1346 de 2009 expedida por el consejo de la República de Colombia a nivel nacional, en la que se declara que las personas con discapacidad y sus familiares deben recibir la protección y la asistencia necesaria para que las familias puedan contribuir a que las personas con discapacidad gocen de sus derechos.

Respecto al aprendizaje de la Lengua de Señas Colombiana, la investigación destaca que las madres reconocen la importancia de la Lengua de Señas Colombiana para la comunicación con sus hijos sordos, pero admiten la dificultad ante el aprendizaje de esta, por lo que declaran que la lengua oral se convierte en el principal medio de comunicación. En consecuencia, lo anterior puede desencadenar dificultades en la comunicación y llevar a las madres a experimentar frustración ante la no comprensión de los mensajes del niño. Por lo anterior, se hace necesario que los padres cuenten con orientación para abordar la sordera de sus hijos (Valladares, 2011).

En la Ley 982 de 2005 se establece que una persona sorda es quien no posee audición suficiente, y quien, en algunos casos, no puede sostener una comunicación y socialización natural y fluida en lengua oral alguna, independientemente de cualquier evaluación audiométrica que se le pueda practicar. La misma ley instituye que la forma prioritaria de comunicación e identidad social de la persona sorda se define en torno a valores comunitarios y culturales de la comunidad de Sordos, y que el uso de Lengua de Señas Colombiana es su lengua natural.

Es importante aclarar que existe una diferencia entre sordo (con s minúscula) y Sordo (con S mayúscula). El primero, tal como se nombra en Chistian Huerta, Julio Varela, Ruben Soltero, Gonzalo Nava (2018) corresponde: “a la persona que carece de la audición, vista desde el modelo médico y oralista” (p. 72). Y la segunda es utilizada para referirse a: “las personas que tienen una Lengua de Señas, Cultura y sentido de pertenencia a una Comunidad Sorda” (p.72). El leguaje de acuerdo con Luz Elena Patiño (2010): “es la capacidad que tienen los seres humanos para comunicar y compartir el conocimiento en el diálogo. Se construye a través de la interacción en contextos de socialización” (p. 14-15). Al ser la Lengua de Señas Colombiana el medio por el cual se comunica la población Sorda señante, es también su principal medio de comunicación.

La crianza, según Romina Izzedin y Alejandro Pachajoa (2009) implica tres procesos psicosociales: las pautas de crianza entendidas como: “aquello que es permitido o no dentro de la familia, regularmente establecido por los padres y que se constituye en normas o límites de comportamiento, convivencia y control” (Infante, Martínez, 2016, p. 33). Las creencias acerca de la crianza relacionadas con el: “conocimiento acerca de cómo se debe criar un niño, a las explicaciones que brindan los padres sobre la forma como encauzan las acciones de sus hijos” (Rodríguez, 2018, p. 110). Y las prácticas de crianza, que “se expresan en acciones específicas destinadas a garantizar la integración, adaptación y supervivencia del individuo en su contexto social, así como la construcción y consolidación de su identidad como ser único e individual y como integrante de la sociedad” (Aguirre, Castro, 2007, p.14). Estas acciones conllevan a la generación de un vínculo entre el cuidador principal y el niño, vínculo que en la actual investigación se nombró como díada, término que refiere a “pareja de dos seres o cosas estrecha y especialmente vinculados entre sí” (Rae, 2020).

Las dinámicas culturales, pueden significar una gran diferencia en las prácticas de cada familia con relación a la crianza, por lo que las prácticas de crianza:


no son acciones y reacciones estáticas de padres y de hijos, ni formas de comportamientos repetitivos, sino que las prácticas de crianza se van transfor-mando por efecto del desarrollo de los niños y por los cambios suscitados en el medio social (García, Salazar, 2013, p. 43).


Las prácticas de crianza son generadas por el cuidador principal, quien es la persona que cotidianamente se encarga de satisfacer las necesidades fundamentales y psicosociales de un niño, y sobre la cual recae una mayor responsabilidad (Pascual, Garzón, Silva, 2015). Cuando se hace referencia al cuidador oyente, se indica con ello a la persona que desempeña estas acciones y que tiene la capacidad de escucha.

Para comprender el estado actual del fenómeno de estudio se realizó una revisión de la literatura existente a través de las bases de datos Ebsco, ProQuest, Dialnet, Jstor, ScienceDirect, empleando los descriptores “prácticas de crianza, discapacidad auditiva, crianza y discapacidad, familias oyentes con hijos Sordos, estilos de crianza en discapacidad, sordera y crianza”. Y los booleanos AND, NOT, OR. En total se encontraron doce publicaciones, de las cuales siete fueron escritas en inglés. Después de clasificar los documentos encontrados se descartaron cuatro trabajos, ya que, aunque abordaban el tema de discapacidad dentro del proceso de crianza, no involucraban a la población sorda. Finalmente se seleccionaron un total de ocho antecedentes.

En el año 2019 se publicó un artículo derivado de una revisión teórica de estudios desarrollados en Estados Unidos acerca de la exposición temprana de los niños Sordos a la Lengua de Señas. En este trabajo se mostró la importancia del apoyo a los padres de niños con discapacidad auditiva, especialmente en el aprendizaje de la Lengua de Señas. Según Tom Humphries et al. (2019) una de las principales acciones que pueden ejercer los padres para el reconocimiento de la sordera de sus hijos es aprender la Lengua de Señas, lo que posibilita que se dé una relación familiar afín y una mejor comunicación, también le permite al niño crear una identidad familiar, incluyéndole en las actividades afectivas, deportivas y del hogar.

Adicionalmente, aprender la Lengua de Señas por parte de los padres disminuye la posibilidad de que los niños puedan sufrir algún tipo de trastorno, y les brinda espacios para el desarrollo de una primera infancia positiva (Humphries et al., 2019).

En el mismo año, se publicó en Bélgica una investigación longitudinal con una muestra de tres madres e hijos durante los dos primeros años de vida. La investigación permitió conocer las principales estrategias utilizadas por padres tanto Sordos como oyentes en la comunicación con sus hijos Sordos. En los resultados se estableció que las estrategias visuales pueden verse afectadas por las dificultades iniciales en la comunicación, por lo cual es de gran relevancia el contacto inicial, el cual las madres ejercen de manera más activa que los padres (Willer, Van, Van, 2019).

En Colombia, Diego Rodríguez (2018) publicó un estudio sobre las prácticas de crianza y discapacidad auditiva, realizado bajo un diseño mixto y que incluyó una muestra de 101 familias, ubicadas entre los estratos 1, 2, 3 y 4, de cinco instituciones para Sordos en la ciudad de Bogotá. En los resultados se muestra la relevancia de la comunicación en las familias y la importancia de que los padres aprendan la Lengua de Señas Colombiana; ya que esta favorece la comunicación familiar y el desarrollo de las prácticas de crianza, lo que, a su vez, facilita que los niños desarrollen habilidades sociales y de comunicación que consolidan la interacción familiar.

Adicionalmente, el estudio resalta la significación del vínculo afectivo, por lo que sugiere a los padres de niños Sordos evitar la sobreprotección. Por lo anterior, es necesario que las manifestaciones de afecto se den de manera adecuada, de lo contrario, dicho vínculo no permitirá el desarrollo de la independencia, motivo por el cual se recomienda que, ante la presencia de dificultades en el proceso de crianza con niños Sordos, los padres accedan a una guía profesional, lo cual evita que se pueda fragmentar el vínculo afectivo. La investigación, además de los factores ya mencionados, destaca la importancia de la inclusión de las personas Sordas en la sociedad.

En Estados Unidos Amy Szarkowski y Patrick J Brice (2016) realizaron una investigación con una muestra de 11 padres oyentes e hijos Sordos, en la que se destacan las vivencias favorables que pueden experimentar los padres en la crianza de un hijo Sordo. La recolección de datos de esta investigación se dio mediante entrevistas, donde los padres oyentes reconocieron que las dificultades que se pueden presentar en la cotidianidad de la crianza son positivas, pues la condición auditiva del niño conlleva a que ellos estén más comprometidos dentro del proceso de crianza. Una de las experiencias más favorables que describen los padres en la crianza de un niño Sordo es la sensación de cambio y crecimiento personal, pues desarrollan una actitud más reflexiva ante lo que les ofrece la vida.

Así mismo, en Australia, Mary Flaherty (2015) publicó un artículo en el que muestra la relevancia del acompañamiento a los padres oyentes para la comprensión y aprobación del diagnóstico de su hijo Sordo en una familia sobre cuya situación los padres poseen poca información. Flaherty destaca la gran importancia de que los padres cuenten con asesoría profesional y con espacios que les permitan relatar su experiencia con otras familias. Por consiguiente, los resultados de la investigación resaltaron que, cuando los padres se adaptan a la condición auditiva del niño acceden a la comprensión de su entorno, se permiten relacionarse con la comunidad Sorda y acceden más fácilmente al aprendizaje de la Lengua de Señas; lo cual no solo favorece la comunicación, sino que también permite que desaparezcan sentimientos de hostilidad y angustia, favoreciendo así diferentes ámbitos familiares (Flaherty, 2015).

También en Colombia Dora Manjarres (2012) publicó un artículo sobre el apoyo y el fortalecimiento con el que deben de contar las familias para la crianza de un hijo con discapacidad, en el cual resalta la importancia de la visión que los padres crean en relación con la discapacidad de sus hijos, ya que esta puede incidir en el estilo de crianza que adopten los padres. En este sentido, Manjarres sostiene que las acciones de los padres deben de responder a los recursos necesarios para la crianza de sus hijos, así mismo, deben procurar que en el entorno social oyente en el cual se encuentre el niño Sordo, se promueva el respeto a las diferencias, y, por último, que la relación familiar favorezca el progreso de todos sus miembros (Manjarres 2012).

En la República de Chipre, Antonopoulou, Hadjikakou, Stampoltzis, Nicolaou (2012) publicaron un artículo con una muestra de 30 madres con hijos Sordos y oyentes, la cual se pregunta si existe alguna diferencia en la crianza de un niño de acuerdo con su condición auditiva. Como método se empleó el cuestionario PSDQ (Parenting Styles and Dimensions Questionnaire), el cual evalúa el modelo de crianza que adaptan los padres y que da como resultado un estilo de crianza autoritario en la muestra. En las conclusiones de la investigación se reconoce que el estilo de crianza que adoptan los padres depende en gran medida de las exigencias de los niños y de sus emociones, por lo que el niño Sordo tiene más demandas en cuanto a los cuidados y la comunicación, ante lo cual las madres ejercen acciones más favorables en su crianza. Lo anterior da cuenta de que sí existen diferencias en las acciones que ejercen los padres en la crianza de sus hijos, determinadas por la diferencia auditiva.

En Venezuela, Maritza Valladares (2011) publicó una tesis de maestría realizada bajo un enfoque cualitativo, que contó con una muestra de 7 madres y 3 padres oyentes con hijos Sordos. En cuanto a las relaciones familiares, la investigación resalta los cambios que se pueden generar al interior de una familia por la presencia de un niño Sordo, puesto que los padres deben dedicar gran parte de su tiempo en la exploración de las demandas del menor, lo cual denota un mayor desgaste y empeño, en especial en las madres, ya que estas adoptan un rol más activo que los padres en la comprensión de las necesidades y demandas de sus hijos.

Metodología

Para el desarrollo de la investigación se optó por un enfoque cualitativo con un abordaje fenomenológico-narrativo desde la perspectiva de dos madres oyentes sin competencia comunicacional en Lengua de Señas Colombiana.

Las personas entrevistadas fueron madres de personas Sordas con características diferentes. El primero, hombre de 27 años, Sordo prelocutivo con hipoacusia profunda bilateral, no oralizado, sin el uso de audífonos, con una capacidad comunicacional en Lengua de Señas Colombiana amplia y suficiente, perteneciente a la comunidad Sorda donde aprendió la Lengua de Señas Colombiana. Culminó su bachillerato sin estudios técnicos ni superiores, su educación básica y secundaria fue cursada en un colegio para personas Sordas en la ciudad de Medellín con el acompañamiento de un modelo de cultura y lengua.

La segunda mujer es Sorda prelocutiva de 37 años, con hipoacusia profunda en oído derecho e hipoacusia moderada en el izquierdo, sin el uso de audífono ni implante coclear, con una capacidad comunicacional en Lengua de Señas Colombiana amplia y suficiente, perteneciente a la comunidad Sorda donde aprendió la Lengua de

Señas Colombiana. Culminó su bachillerato sin estudios técnicos ni superiores, su educación básica y secundaria fue cursada en un colegio para personas Sordas en la ciudad de Medellín con el acompañamiento de un modelo de cultura y lengua.

Las madres de ambas personas Sordas culminaron sus estudios de bachillerato, intentaron hacer un curso gratuito en un colegio para Sordos de la ciudad de Medellín, pero desertaron y decidieron interactuar con sus hijos sin usar la Lengua de Señas Colombiana, debido a la percepción de complejidad en el proceso de aprendizaje de esta (destreza motriz, memoria, estructura gramatical, entre otros elementos). Adicionalmente, ambas madres relatan que se dieron cuenta de la sordera de sus hijos por medio del control de crecimiento y desarrollo.

Como técnica de recolección de datos fue utilizada la entrevista semiestructurada. Posteriormente, los relatos fueron agrupados de manera manual en cuatro categorías preestablecidas (tabla1) y una categoría emergente (tabla 2).

Tabla 1. Categorías preestablecidas



Categoría



Definición

Transcripción textual de la narrativa del participante



Apoyo afectivo

Está relacionado con la expresión de afecto de los padres hacia los hijos (…) se manifiesta generalmente por la proximidad física, caricias, juegos, gesticulaciones, verbalizaciones de afecto, entre otras formas de relación positiva” ( Aguirre, 2010, p.15).

P1

P2



Regulación del comportamiento

Hace referencia a la manera en que los padres ejercen la norma en sus hijos, a través de la disciplina, demandas de madurez para actos independientes” (Aguirre, 2010).

P1

P2



Relaciones Familiares

Son los espacios de integración que se generan en el entorno familiar y que tienen como propósito proporcionar espacios de comunicación entre los miembros de la familia. Esta relación permite el desarrollo de seguridad personal y confianza en los niños” (Aguirre y Rodríguez, en Rodríguez, 2018).

P1

P2



Comunicación

Son las interacciones que establecen las familias ya sea por medio de estrategias verbales o no verbales, y que permiten desarrollar en los individuos habilidades sociales y crear lazos en la familia” (Sobrino, 2008).

P1

P2



Tabla 2. Categoría emergente



Categoría orientada



Categoría emergente



Definición



Regulación del comportamiento



Sobre protección

La sobre protección no es necesariamente mimar a los niños sino una implicación emocional intensa e intensiva de controlar al hijo. Esto lleva a una independencia tanto de los niños a los padres, como de los padres a los niños (…) El exceso de cuidado, según algunos especialistas, obedece al temor del adulto respecto al hecho de que sus hijos crezcan y comiencen a ser independientes.” (Diana Borja, 2013, p.12, 13).



Una vez transcritas las entrevistas, se realizó el análisis de las narrativas a través de una matriz categorial en Microsoft Excel, en donde se recolectaron y organizaron las narrativas de las participantes. Adicionalmente, se identificó una categoría emergente y, de acuerdo con esto, se realizó el análisis desde la percepción que tenían las madres frente a sus prácticas de crianza.

Resultados

A la luz del análisis categorial y de la narrativa de las participantes se logra una descripción de cómo se han generado las prácticas de crianza en dos madres oyentes no señantes con sus hijos Sordos usuarios de Lengua de Señas Colombiana. Los resultados de todo estudio cualitativo reflejan la experiencia y perspectiva de las participantes tal y como son por ellas descritos, en este caso, los resultados reflejaron el punto de vista de las cuidadoras sin competencia comunicacional en Lengua de Señas Colombiana.

El apoyo afectivo que comprende el contacto entre las díadas está mediado por abrazos y caricias, vivenciado por P1: “si, abrazándolo, estando más pendiente de él que antes era como más sobreprotegerlo” (comunicación personal, 22 de diciembre de 2019). Para este caso se puede identificar que la condición auditiva del niño generó un cambio en la frecuencia de contacto físico y un incremento en la protección. P2 reconoció el contacto más allá de lo físico, interpretado como un vínculo materno fetal: “Desde el embarazo he tenido contacto con ella y nunca me olvide de ella, el amor mío fue muy grande para ella” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020). Aquí la madre da cuenta de una proximidad física positiva que fortaleció la relación afectiva.

La interacción afectiva entre las díadas también se generó a través de espacios de juego, lo cual permitió que los niños se sintieran incluidos dentro del hogar al dedicar un momento exclusivo para disfrutar con ellos: “Sí, todo el tiempo, todo el tiempo. Jugábamos con carritos, yo lo sentaba en una esquinita y yo me hacía en la otra a tirarle el carro para que el me lo devolviera” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019) . “Jugar con ella esa era la vida mía” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020) . Esta interacción permitió que el niño y la niña, de acuerdo con Humphries et al. (2019), expresara sus emociones, desarrollara su creatividad, fortaleciera su imaginación, exteriorizara su visión de mundo y favoreciera el vínculo entre las díadas. Cabe anotar que ello también protege a los menores de la aparición de trastornos depresivos o de ansiedad.

En cuanto a las expresiones de afecto, ambas participantes manifestaron facilidad para expresar amor a sus hijos, tanto de manera no verbal como a través de la lectura labio facial: “todos los días y cada día, es más, él y yo parecemos esposos (...) él siempre ha sido muy cariñoso, por que como él fue un niño lleno de tanto amor, ahora es un joven muy cariñoso” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019) “Diario y todavía (risas), lógico” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020). Lo que se traduce en demostraciones de afecto en la infancia, y da cuenta de un amor filial entre las díadas.

En general, se identificó, a través de la narrativa de las participantes, una expresión de afecto positiva entre las díadas manifestado por medio del juego y de las caricias, estrategias no verbales que permitieron un vínculo salutífero dentro de las prácticas de crianza.

El aspecto afectivo no es el único elemento constituyente de las prácticas de crianza, la regulación del comportamiento es un factor normalizante y de comprensión de los límites sociales. Dentro de las acciones que nombraron las participantes se pudieron identificar estrategias y acciones diferentes para inculcar disciplina en sus hijos; acciones que están mediadas por su experiencia en torno a la sordera, la crianza y por el acompañamiento que han tenido, ya sea a través de instituciones o profesionales.

P1 nombró una serie de estrategias no verbales que permitieron en su hijo la comprensión de los espacios físicos de la casa, a partir de los cuales se instauraron las normas en el hogar:

Cuando él estaba pequeñito le poníamos dibujos de las cosas a todo (..), esta casa parecía una escuela, por él (...) le mostraba (..) que aquí debíamos de comer y no por ahí y así con todo, le pedíamos que nos mirara mucho” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019).


Adicionalmente la cuidadora señaló la importancia del uso de signos propios del hogar, que no eran Lengua de Señas Colombiana. Estos facilitaron que el menor, a través de lo expresado, reconociera las acciones a corregir:

Cuando él realizaba una acción que no era correcta yo por medio de gestos le hacía saber que no estaba bien hecho, lo castigaba con algo que le gustaba y, por el contrario, cuando realizaba alguna acción correcta o corregía lo que antes había hecho mal le premiaba, ya fuera con un dulce o con algo que a él le gustara” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019).


Las estrategias y acciones nombradas por P2 estuvieron mediadas por el acompañamiento profesional psicológico:

En terapias, yo la tuve en terapias hasta muy, muy, ya muy grande (...) en Prodebiles la psicóloga me enseñaba cómo manejarla, porque ella era muy neurasténica, entonces uno como no sabía, uno la pelaba, entonces haya nos dijeron que no se podían pelar (...) cuando ya estaba calmada, ya le habla” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020).


Esto facilitó el desarrollo de estrategias diferentes al castigo físico ante las demandas de disciplina, y favoreció la comunicación al explicarle al niño, por medio de signos de comunicación establecidos en el hogar, que está bien o mal hecho.

En cuanto a la independencia y autonomía brindada por las madres a sus hijos, las participantes relataron una significación de autonomía e independencia en cuanto a las prácticas de crianza como “acompañamiento”, “estar pendiente de él o ella”; lo que da como resultado la no independencia ni autonomía de los niños, ya que el discurso está mediado por prácticas direccionadas a controlar las actividades ejercidas por sus hijos por lo menos durante la primera etapa de desarrollo tal como lo mencionaron las participantes al preguntarles si le permitía a su hijo (a) hacer cosas solo (a) sin supervisión, a lo cual respondieron: “pero cuando estaba más grande, por ahí finalizando primaria o iniciando el bachillerato, antes no” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019) . “Algunas cosas que tenía que hacer ella, pero mientras estaba ella en la rehabilitación (terapias en la fundación) tenía que estar pendiente, lógico. Que, si iba a salir sola, no la admitía sola, pues como” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020).

A nivel general fue posible identificar que dentro de las acciones ejercidas por las madres para inculcar la norma en sus hijos, prevalecieron acciones que daban señales de actos positivos de acuerdo a las demandas de disciplina; ya que las cuidadoras reconocieron diversas prácticas para la regulación del comportamiento que favoreció dentro de las prácticas de crianza acciones que iban más allá del castigo físico y se centraron según sus relatos en corregir los actos negativos e incentivar los positivos por medio del refuerzo-castigo.

A través de las narrativas de las madres sobre las demandas de independencia hacia sus hijos, se identificó que en ellas prevaleció el control, más que las acciones que favorecieron en los menores independencia o autonomía, por lo que se puede afirmar que, por parte de las cuidadoras no existió mayor demanda de madurez e independencia hacia sus hijos, por el contrario, se identificaron rasgos de sobreprotección y control.

Lo anterior puede incidir de manera significativa en la exploración del mundo de los niños y las niñas, así como en su forma de relacionarse en la sociedad. Por eso es importante que las cuidadoras admitan prácticas de crianza equilibradas que favorezcan la seguridad e independencia en sus hijos, pero también su autonomía.

Las prácticas de crianza también admiten espacios de integración que se generan como medio de relacionamiento familiar (Sobrino, 2008). Al respecto se logró identificar en las madres una disposición para generar comunicación con sus hijos (as), pues al indagar si se contaba con algún momento en la semana para generar comunicación, ellas respondieron: “todos los días, cuando yo llegaba de trabajar” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019). “Diario, yo a ella nunca le he fallado, diario, diario, diario, diario. Cuando quedaba espacio por la tarde, cuando ya no hacía arepas” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020). Esto permite un mejor conocimiento entre la díada y fortalece el vínculo familiar.

Dentro de las formas de expresión y comunicación para el relacionamiento familiar prevalecieron las estrategias de comunicación no verbal, en las cuales se encuentran dinámicas orales y escritas, y una transformación del lenguaje a través de gestos corporales y signos propios constituidos en el ambiente familiar para lograr la interacción con la persona Sorda. Tal como lo narraron las participantes: “soltaba el bolso y lo primero era decirle hoy bien o mal qué pasó (muestra en signos propios del hogar) y ya él me decía si bien o mal” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019).

No tenía el lenguaje de señas, pero aprendí la forma que ella me entendía, me daba brega, pero ella me entendía, yo le decía - escriba así (realiza gestos y simula como si estuviera escribiendo) (...) con lenguaje, hablándole y haciendo sonidos y así yo le hablaba” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020) .


Lo anterior, si bien es cierto que no constituye una comunicación plena donde la persona sorda pueda manifestar sus pensamientos, sí da cuenta de una interacción funcional en contextos puntuales.

Las relaciones familiares han de facilitar en los infantes el desarrollo de seguridad personal y confianza, lo cual las madres admiten como habilidades sociales o relacionamiento con el otro. En P1 se verifica un pensamiento dual constituido por expresiones como: “Claro que sí, total pues yo pienso que sí. Aunque él a veces es muy triste y se mantiene aburrido porque nadie sabe señas” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019). Esto refleja la inseguridad como un estado anímico influenciado por situaciones externas, debido a un relacionamiento familiar marcado por la diferencia en la lengua de su hijo Sordo con los oyentes, por lo que se percibe el estado o sensación de seguridad personal como producto de la aceptación que una persona externa haga de la condición auditiva del menor.

Por su parte, P2 nombró la seguridad como sinónimo de orden y empatía, esta última direccionada significativamente al otro. Lo anterior no corresponde a una seguridad personal, sino a habilidades comunicativas, en sus palabras esto corresponde: “a ser organizada y con empatía porque lo que ella aprendió se lo enseña a la sobrina” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020).

La comunicación dentro de las prácticas de crianza facilita el desarrollo de habilidades sociales y familiares, por medio de estrategias verbales y no verbales. Dentro de las estrategias verbales utilizadas por las díadas sobresalió el uso del lenguaje oral por parte de las madres—al ser personas oyentes y hablantes del español—y la de la lectura labio facial por parte de los hijos al ser Sordos señantes. Las estrategias verbales se configuraron como base en la comunicación entre las díadas.

Para el caso de P1 las estrategias de comunicación se generaron no solo por medio de estrategias verbales, sino que hubo un apoyo en estrategias visuales: “teníamos una carpeta llena de imágenes en la que yo le decía, por ejemplo, este es el vaso para que él aprendiera a articular” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019). Esto facilitó en el infante el reconocimiento de los objetos, reconocimiento que se refuerza a partir del nombramiento por la cuidadora con el fin de que el niño logre la expresión de los mismos.

Las prácticas de P2 estuvieron orientadas a estimular en el infante la oralización utilizando estrategias repetitivas para buscar la comprensión de lo expresado, en consecuencia, el infante se mostraba agobiado por la no comprensión del contenido:

yo le repetía, le repetía, ella se ofuscaba y a veces tenía que cortar porque ella se me ofuscaba y se me rebotaba (...) con eso ella aprendió a entender a los oyentes de una manera y a entender a los Sordos de otra” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020).


Estas actitudes establecieron una barrera comunicativa, dado a la generación de estrategias a partir de acciones que no favorecen la comprensión de lo comunicado entre la díada.

Dentro de las estrategias de comunicación no verbal ejercidas por las díadas, se destacó la comunicación escrita, los gestos corporales y los signos creados en el entorno familiar como estrategias que establecieron una significación simbólica compartida dentro de la comunicación familiar, y que permitió la constitución de prácticas que se ajustaron a las demandas de comunicación del niño o la niña.

P1 adoptó estrategias de comunicación no verbal que involucraron una significación de los objetos por parte de su hijo a través de acciones representadas por gestos y signos, con la intención de generar un proceder en el infante: “con las prendas, para enseñarlo a vestir se las señalaba” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019).

Las prácticas de comunicación no verbal adoptadas por P2 estuvieron mediadas por signos, los cuales no son reconocidos desde la significación de la Lengua de Señas Colombiana de la población Sorda, sino desde la capacidad del oyente: “todo es con lenguaje y las señas (…) como cualquier oyente que también hace señas” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020).

En las estrategias de comunicación no verbal, nombradas por las participantes, se evidenció la construcción de prácticas comunicativas desde la creatividad—establecida como una herramienta que permite generar una intercomunicación de sentidos y emociones—con el fin de enfrentar los retos de la discapacidad auditiva de sus hijos.

P1 reconoció las prácticas de comunicación no verbal como un elemento importante para la interacción de su hijo con el mundo externo, que facilitó al infante adaptarse a diferentes entornos sociales como el de los oyentes: “cuando estaba más pequeño él iba a dar clases en la biblioteca y siempre se ha relacionado muy fácil” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019).

Para P2 las estrategias no verbales constituidas en la relación familiar no favorecieron las habilidades sociales en su hija, puesto que las estrategias estuvieron orientadas más desde la capacidad de la persona oyente: “ella para esas habilidades no, ella paciente no es, ella no es paciente, ella se ofusca mucho cuando no le entiende a nadie” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020). Esto generó entonces impaciencia e irritación en el infante ante la diferencia en la comunicación—debido a la no comprensión del mensaje—.

Las estrategias de comunicación que prevalecieron entre las díadas fueron las no verbales (los gestos, la escritura, los signos propios del hogar), las cuales las cuidadoras ajustaban de acuerdo con la capacidad auditiva del menor. Y las prácticas de crianza ejercidas por las cuidadoras no están muy alejadas de las acciones que normalmente ejercen los padres de hijos oyentes para inculcar disciplina (castigo, regaños, castigos físicos) con el fin manifestar su afecto (abrazos, caricias, juego) o para establecer un vínculo familiar (integración familiar, comunicación), pues sus acciones están orientadas a la inclusión de los niños en las actividades del hogar, lo que, de acuerdo con los resultados expuestos por Humphries et al. (2019) disminuye la posibilidad de que los niños Sordos puedan sufrir algún tipo de trastorno. Sin embargo, para asumir este argumento sería recomendable contar con la perspectiva de la persona Sorda, ya que esta puede tener una representación diferente respecto a su experiencia en la crianza.

En la investigación realizada por Rodríguez (2018) se concluyó que la proximidad física permite desarrollar en los niños habilidades sociales y de comunicación que consolidan la interacción familiar. Si bien es cierto que dentro de los resultados de la actual investigación se identificó una proximidad física entre las díadas, esta proximidad no en todos los casos favorece las habilidades sociales y la interacción familiar; como se pudo identificar en expresiones como: “él a veces me dice que está triste porque cuando nos reunimos todos nadie sabe señas, entonces que él se siente muy solo” (P1, comunicación personal, 22 de diciembre de 2019) . “Ella para las habilidades sociales no, ella paciente no es, ella no es paciente” (P2, comunicación personal, 14 de febrero de 2020).

Por lo anterior, es oportuno reconocer que en las dinámicas propias del hogar debe existir una alteración significativa ante la existencia de una persona Sorda, pues esto implica que no solo las cuidadoras, sino también los demás miembros del núcleo familiar primario reconozcan y se adapten a las demandas del menor. Esto podría dar como resultado que la persona Sorda se sienta acompañada y comprendida; favoreciendo así la relación familiar y el desarrollo de habilidades sociales fuera del entorno familiar.

En relación a los resultados expuestos por Valladares (2011), los padres reconocen la importancia de la Lengua de Señas Colombiana para la comunicación con sus hijos Sordos, pero admiten la dificultad ante el aprendizaje de la misma. Esto coincide con las experiencias narradas por las participantes en torno a la comunicación con sus hijos, dado a que hay un reconocimiento de la dificultad que hay para acceder a la Lengua de Señas Colombiana, y emplean signos propios del hogar como medio fundamental de comunicación con sus hijos.

Se logró identificar dos principales factores que afectan la sana comunicación entre las díadas pertenecientes al estudio. En primer lugar, se ubica la diferencia en la comunicación, pues las cuidadoras no tienen acceso a la Lengua de Señas Colombiana, la cual sus hijos han adoptado como principal medio de comunicación y que además hace parte de su cultura Sorda; lo cual genera una barrera comunicativa. Si bien es cierto que las cuidadoras pueden aprender a mediar y sobrellevar la situación, no deja de significar una fisura en la comunicación. En segundo lugar, se destaca la falta de uso del Lenguaje de señas como un desconocimiento de la cultura Sorda por parte de las cuidadoras, por este motivo se confirman los resultados expuestos por Humphries et al., (2019), en donde se estableció que una de las principales acciones que pueden ejercer los padres para el apropiado reconocimiento de la sordera de sus hijos es el acceso a la Lengua de Señas Colombiana.

Es importante que las familias, y en especial las cuidadoras principales de las personas Sordas, accedan a la Lengua de Señas Colombiana, como acto de reconocimiento de la sordera de sus hijos, pues esto, tal como lo concluye (Flaherty, 2015), no solo favorece la comunicación, sino que también permite que desaparezcan sentimientos de hostilidad y angustia en los niños, que se pueden experimentar ante la no comprensión con la persona oyente.

Se logró establecer que las principales estrategias utilizadas para la comunicación con sus hijos Sordos son las estrategias de organización, estrategias visuales y algunas palabras de castellano signado de forma escrita, lo que coincide de manera parcial con los resultados generados por Willer, Van y Van (2019), pues, para el caso de la actual investigación, las cuidadoras admiten de manera adicional el lenguaje de signos propios del hogar como otro medio de interacción familiar.

Cabe señalar que el estudio obtuvo sus resultados desde la narrativa de las madres, su percepción respecto a sus prácticas de crianza y la eficacia de las mismas. Por lo que se requeriría incluir la experiencia de las personas Sordas y su perspectiva sobre la incorporación de la norma, la interacción con la cultura oyente en el hogar, el fortalecimiento de sus habilidades sociales, entre otros aspectos de las prácticas de crianza.

No se puede desconocer la familia como la primera red de apoyo de la persona Sorda, pero si la familia desconoce la Lengua de Señas Colombiana, su primera red de apoyo podrían ser los integrantes de la comunidad Sorda; ya que en ella se genera una comunicación directa en Lengua de Señas Colombianas, con ello se permite la apropiación de su propia cultura, valores, conjunto de creencias y modo de interpretar la realidad,, distinta a la manera en que la madre oyente lo puede hacer.

La Lengua de Señas Colombiana permite a las personas Sordas manifestar sus pensamientos, creencias, compartir frases de cariño, etc. También permite al oyente, cuando tiene habilidades comunicacionales en Lengua de Señas Colombiana, impartir reglas claras, enseñar valores, verificar la compresión de un instructivo, y corregir una conducta inadecuada con argumentos, no simplemente con un programa de castigos y refuerzos diseñado de manera empírica.

La experiencia de las dos madres oyentes no usuarias de la Lengua de Señas Colombiana, no son el simple reflejo de dos casos existentes en Colombia, y aunque la caracterización al año actual no se ha brindado oficialmente, es un fenómeno común encontrar madres que no saben Lengua de Señas Colombiana, pese a que son conocedoras de que esta es la lengua materna de su hijo o hija Sorda.

Tanto las madres de personas Sordas como los familiares en general, al enterarse que ha llegado a la familia una persona con discapacidad auditiva pueden asumir dos caminos: el primero es aprender a comunicarse con el uso de su lengua materna (Lengua de señas Colombiana), propia de la comunidad Sorda, lo cual implica un esfuerzo en tiempo, dedicación, entrenamiento en motricidad fina, comprensión de una lengua distinta al castellano, entre otros; y, segundo, no aprender la Lengua de Señas Colombiana. Cualquiera que sea el camino que tomen las familias tendrá un efecto directo en las prácticas de crianza.

Si bien es cierto, tal como lo han relatado las madres de la muestra, que una práctica de crianza sin el uso de Lengua de Señas Colombiana puede ser efectiva al generar abrazos, caricias, besos, el juego con carritos, turnar una pelota, lanzar un bumerang, regular su comportamiento de manera conductual con castigos, refuerzo o con el rostro de la madre disgustada o sonriente,—según el acto cometido por la persona Sorda—; la Lengua de Señas Colombiana es un medio comunicacional importante en el proceso de crianza para una persona que usa esta como primer mecanismo para exteriorizar sus pensamientos y sentimientos.

Cuando una persona Sorda puede comunicarse con su familia en Lengua de Señas Colombiana, la regulación del comportamiento se genera mediante un proceso de conciencia. Las manifestaciones de cariño se complementan con frases amorosas, el juego con carros o muñecas con diálogos dentro del mismo. Y esto podría generar una mejor eficacia en las prácticas de crianza asociadas a la comunicación y relaciones familiares.

Conclusiones

Ante el no acceso de las madres a la Lengua de Señas Colombiana, estas se ven conducidas a la necesidad de emplear herramientas, como el lenguaje de signos propios, para buscar una comunicación con sus hijos Sordos. De ahí la importancia que estas familias cuenten con acompañamiento profesional para facilitar que los instrumentos de comunicación familiar no estén orientados a que la persona Sorda se ajuste a la forma de comunicarse del oyente, sino que el oyente establezca acciones que faciliten y promuevan la comunicación con la persona Sorda también.

El equipo de investigación considera importante que dentro de las entidades estatales y gubernamentales se creen estrategias y herramientas que posibiliten incluir a las familias de personas Sordas en el proceso de aprendizaje de la Lengua de Señas Colombiana. Por lo anterior, es recomendable la creación de planes territoriales que estén pensados desde las características propias de las familias y no desde el conocimiento general de la población.

Se sugiere para estudios asociados a la comunidad Sorda, bien sea con sus familias o con la población directamente, un conocimiento pleno del investigador de la cultura Sorda en relación con sus creencias, valores, costumbres y normas, para no incurrir acciones en el campo que transgredan su cultura.

Al investigar por la crianza de una persona Sorda, cabe, no solo analizar los aspectos negativos o coyunturales, sino también los aspectos positivos que ellos apropien como cambio, crecimiento personal, conciencia de la vida, relacionamiento profundo.

El estudio se basó en la narrativa de las madres sin habilidad comunicacional en Lengua de Señas Colombiana frente a sus prácticas de crianza, pero aún hace falta la perspectiva de las personas sordas frente a las mismas categorías analizadas en el estudio para obtener una visión más amplia del fenómeno.

Desde la mirada de la muestra del estudio, conformada por dos madres oyentes sin capacidad comunicacional en Lengua de Señas Colombiana, fue posible generar prácticas de crianzas manifiestas en expresiones de afecto, límites por refuerzos y castigos, juegos, entre otras. Aun así, la comunicación y la interacción puede aumentar la eficacia de las prácticas de crianza si se le suma a ello un dominio de la lengua materna de las personas Sordas por parte de su cuidador, lo que permite aumentar el dialogo, la argumentación al momento de inhibir una conducta, y el acompañamiento de frases afectivas.











































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1 Investigación independiente, sin financiamiento – Culminada. Esta investigación no presentó conflicto de intereses en su realización.

2 Profesional en Psicología de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Correo electrónico: correo: yeisiriamaya44@gmail.com

3 Profesional en Psicología de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Correo electrónico: psi.lauraagudelo@gmail.com

4 Magister en psicoterapia de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Perteneciente al grupo de investigación de psicología clínica de UNIMINUTO. Correo electrónico: psicologacogntivaluisa@gmail.com



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